Cuando hablamos de diseño de identidad visual tradicional es inevitable pensar, ¿qué sucede con todo aquello que evoluciona, con todo aquello que no se pensó en su día para que estuviera en movimiento?.
Oímos hablar sobre la importancia de generar marcas orientadas a su función y a lo que los espectadores esperan recibir de ellas, en definitiva orientadas al cliente, a traspasar la barrera de lo pragmático y acceder aun plano más emocional, con el fin último de generar un vínculo mucho más difícil de romper.
La orientación al cliente es clara, construimos marcas entorno a las social media como si ello permitiera a la compañías estar más cerca de sus grupos de interés, de sus clientes y en definitiva de todo aquel que directa e indirectamente tiene contacto con ella. Pero nos equivocamos al pensar que por ello la imagen no debe estar alineada con esa espontaneidad, que la imagen debe ser algo rígido e inamovible sujeto a un manual, que como su propio continente es poco dado a dejar cosas al azar y a albergar alguna duda sobre su uso.
Sin embargo algo esta pasando de un tiempo a esta parte y quizás sea el momento de rediseñar muchos de los pilares sobre los que hemos construido nuestras metodologías.
Las «Moving Brands», nos están enseñado como la marca puede ser algo vivo, cambiante en forma pero no en identidad, nos están enseñando a diseñar en 4 dimensiones, 3 de ellas son bien conocidas pero… ¿qué sucede si añadimos una cuarta como «el tiempo» en este proceso creativo?.
Os invito a conocer un poco mas sobre este tema que desde luego a nosotros nos tiene totalmente entusiasmados, os dejamos unos enlaces y esperamos poder ir comentándolos con vosotros en sucesivas conversaciones.
Sumun Comunicación Global, S.L.
Diseño y comunicación Zaragoza